Guía del padre

¿Por qué una guía para los padres?
El objeto de esta Guía para Padres es exponer una serie de consideraciones para ayudarles a afrontar distintas situaciones que se plantean con frecuencia en la formación de sus hijos como deportistas
Muchos de nuestros hijos están interesados en la práctica de nuestro deporte. Algunos lo practican simplemente por afición, otros tienen unos objetivos ambiciosos, a los que dedican muchas horas a la semana entrenando para intentar mejorar sus capacidades técnicas, físicas y mentales.
Cualquiera que sea el nivel de vuestra participación, los padres tenéis un papel fundamental. Sería, por ejemplo, impensable que sin vuestra ayuda los jugadores pudieran acudir a los entrenamientos y competiciones.
Observar a vuestro hijo entrenar y competir es una experiencia emocionante. Sin embargo, podríais caer en el error de tomaros la actividad de vuestros hijos más seriamente de lo que ellos estarían dispuestos a aceptar. Es importante que los jóvenes deportistas vean en el entrenamiento y la competición un reto con el que además pueden disfrutar. Es importante que sepan que, no sólo el triunfo sino también el esfuerzo será igualmente recompensado. Poner demasiado énfasis únicamente en la victoria podría tener como resultado el miedo al fracaso.

Parte de estos problemas están ocasionados por el desconocimiento de algunos padres acerca de cómo ayudar al máximo a sus hijos en el mundo del deporte. Esta breve guía está dirigida a todos aquellos padres que queréis contribuir a que vuestros hijos disfruten todo lo posible practicando este deporte, a la vez que vosotros también podáis obtener mayores alegrías por vuestra implicación en el mundo del fútbol.


Algunas preguntas:
¿Asistes diariamente a los entrenamientos de tu hij@?
¿Estás más interesado en que tu hij@ gane partidos y torneos de lo que realmente ellos quisieran?
¿Te muestras decepcionado si ha obtenido un mal resultado?
¿Piensas que tienes que "metalizarle" antes de la competición?

¿Crees que tu hij@ disfruta del fútbol si solo gana?

¿Haces comentarios inmediatamente después de los entrenamientos o partidos?
¿Piensas que tienes que forzarle a ir a los entrenamientos?
¿Te encuentras a ti mismo interfiriendo frecuentemente en las decisiones que toman sus entrenadores acerca de los entrenamientos o competición, pensando que tú podrías hacerlo mejor?

¿Alguna vez has opinado del adversario de tu hij@ de una manera poco correcta estando ellos delante?



Si has respondido sí a cualquiera de estas preguntas, quizá estés ejerciendo una presión innecesaria, lo cuál podría gradualmente provocarle un rechazo hacia el deporte, incluso dificultar la relación entre vosotros.

¿Cómo puedes ayudar?
Reconoce y valora los progresos de tu hij@.
Premia tanto el esfuerzo como los resultados.

Cuenta los problemas al entrenador. Tiene un importante papel en el desarrollo del jugador.

Respeta la opinión del entrenador. Es un profesional que tiene más conocimiento que tú acerca del fútbol y de cómo hacer que progresen los jóvenes deportistas.
No dudes en preguntar al entrenador qué planes y objetivos tiene para él / ella. De esta forma podrás valorar sus progresos. Solicítale explicación de cualquier decisión que no comprendas o no estés de acuerdo

Respeta al adversario de tu hij@. Es importante que durante la competición aplaudas el esfuerzo de ambos equipos y de cualquier jugador. Es un buen ejemplo y reduce la tensión, facilitando un mejor juego.

Felicita el buen comportamiento en el campo. Independientemente del resultado, debes aplaudir el buen comportamiento, entrega y lucha.

Mejora progresivamente la autonomía de tu hij@.

Por ejemplo, a la hora de preparar su equipo, de presentarse al árbitro, de plantear observaciones a su entrenador... así en el futuro tomará cada vez más frecuentemente sus propias decisiones.



Qué no hacer

No respondas a un mal resultado con críticas o castigos

Dale tiempo para que reflexione sobre por qué las cosas no salieron bien. Si te pide consejo, coméntale antes lo positivo, dejando para después lo mejorable y siempre con carácter constructivo. Aconséjale hablar con el entrenador sobre su problema.

No des instrucciones durante los partidos. Intenta animar a tu hij@ a que sea autosuficiente y a que piense por sí mismo. Una "lluvia" de consejos sólo ocasiona confusión en el jugador.

No hagas siempre la misma pregunta "¿Has ganado?" Por qué no empezar con "¿Te has divertido?"

No justifiques ni animes jamás cualquier mal comportamiento, trampas o malas maneras en el campo. En el mismo momento que ese tipo de acciones se presentan, deben ser atajadas.

No olvides que tu hij@ está todavía creciendo. Entrenamientos fuera de control pueden tener efectos negativos en el crecimiento y la progresión de su juego.
No asistas a todos los entrenamientos y partidos. Una constante supervisión puede acarrear que tu hij@ tenga una sobredependencia hacia tu presencia y consejo, y puede convertirse en un rechazo.

Nunca ignores cualquier tipo de dolor o lesión. Las lesiones deben ser tomadas seriamente.
No ignores al resto de los hermanos. Si en la familia se da demasiada importancia a las necesidades del joven jugador, el resto se sentirán apartados o aburridos. El fútbol no debe ser causa de desequilibrios en la familia.
No fuerces a tu hij@ a especializarse enteramente al fútbol. La preparación para la alta competición exige un gran esfuerzo, viajes, menor tiempo para el estudio... ¿Quiere tu hij@ dar ese paso? En caso contrario puede provocarse una pérdida progresiva de interés, fracaso en el objetivo básico: El que nuestros hijos practiquen un deporte asíduamente cuando sean adultos, con su familia y amigos.


¡RECUERDA EL DEPORTE ES PARA DISFRUTAR!

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